Imagen tomada de Google |
Aquélla vez amanecimos tomados de la mano en el parque, exhibiendo heridas y todos los motivos de nuestras lágrimas y sonrisas. Él se arrodilló y juntó mis pedazos: "Son tuyos" me dijo, "Los necesitas. Armá tu yo misma como quieras y tomate tu tiempo... Yo me quedo". Fue la muestra de amor más grande que recibí.
Desde entonces caminamos juntos, dando cada uno la forma que puede a su yo mismo, cobijando cada uno entre los brazos los fragmentos de su vida y de sus búsquedas. Y no nos dejamos de sorprender de eso tan especial que se forma entre nosotros a partir de cada nueva combinación de piezas que surge cuando, alguna que otra vez, las circunstancias de nuevo nos rompen un poquito, y tenemos que armar el rompecabezas de nuevo.
Muy bueno!
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