Las
cosas que no se dicen, no se callan.
No hay nada de silencioso en esas cosas
que nos guardamos labios adentro. Al contrario, son esas cosas que no decimos
las que quedan pululando, se convierten en un millón de abejas ensordeciendo la
mente y el corazón, golpeándose contra las paredes de lo que ahora parece un
cuerpo vacío, solo habitado por el murmullo constante de sus aleteos.
Las cosas
que no se dicen se vuelven un ruido insoportable y clandestino.
Por eso TE AMO debe ser TE AMO.
Y por eso mismo YA NO TE AMO debe ser eso…
y ADIÓS.
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