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El caso es que sin vos el espacio es un vacío inmenso de
soledad, es un silencio eterno, un dolor irremediable. Sin vos el agua no calma
la sed, ni el sol da calor. Te fuiste una mañana sin decir adiós, te fuiste
antes que pudiera prepararme a la idea de tu partida.
Llegaste una mañana cálida, me sorprendiste con la noticia
de que vendrías. Yo no me lo esperaba, aunque si debo ser sincera, te esperaba
desde siempre. Me hiciste feliz cuando decidiste instalarte en mí, fue como
enamorarme, como despertar a una nueva realidad mágica. Y me acostumbré rápido
a tenerte conmigo… ¡es que es tan bueno eso de ser feliz!
Pero un día decidiste partir, ya no estás en mí, ya no somos
uno. Y duele tanto tu partida como el título de mamá, que ahora me queda tan
grande… y estas lágrimas que nadie entiende.
©Mónica M. Kofler Escañuela
Relato participante en el Reto 150 palabras: Espacio/Agua/Caso
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Buenos días, Mónica,
ResponderBorrarYa llego a comentar ;) Gracias por participar en #150palabras, y bueno, se entremezclan dos sentimientos, que solemos llamar contradictorios, como son la alegría y la tristeza. Y cuando profundizas en el texto, te quedas con esa tristeza, por algo inesperado, se encuentra un vacío...
Gracias Marta, por tu visita y tu comentario.
BorrarMuy bonito y muy triste.
ResponderBorrarEl tiempo lo suaviza todo, solo hay que dejarlo pasar.
Feliz fin de semana!
Así es... gracias por pasar por aquí.
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