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Aquí les presento un texto motivado en una consigna de Literautas, según la cual debía elegir uno de los siete pecados capitales y escribir un relato que lo tenga como base. El pecado que elegí es la AVARICIA, y aquí tienen el texto que salió a partir de esa idea:
La
soledad que la envolvía la hacía ver más perfecta aun, inmaculada,
inalcanzable. Era evidente la superficialidad que detentaba, el acopio de joyas
y adornos no cumplía otra función que la de ocultar la insatisfacción de su
alma anudada, condenada a enterrar sus sentimientos. Sin embargo su belleza era
indiscutible y tenía la capacidad de atraer al más apático de los hombres,
enamorarlo y succionarle toda su inocencia, quitándole para siempre la
posibilidad de volver a creer en el amor, ya que después de ella cualquier corazón
quedaba devastado.
Se
dedicó a vivir la vida de ese modo, excluyendo las emociones, motivada por la
carencia de amor que la había dañado desde el comienzo de su existencia, cuando
sus padres sustituían tiempo y contención con regalos, juguetes y vestidos
caros. Y se creyó poderosa. Se rió de cada hombre que dijo amarla, lo abandonó
a su suerte con el corazón destrozado mientras seguía su camino en busca del
siguiente candidato.
Su
avaricia la llevaba a coleccionar cada vez más corazones, hasta que descubrió
que esta nueva forma de materialismo que había inventado era tan inútil como la
tradicional: no era capaz de calmar su hambre ni su sed de amor. Justo cuando comenzó a sentir que la
mezquindad de su espíritu la llevaba a vivir una vida sin sentido, decidió
acabar con todo. Y lágrimas de cien hombres fueron diamantes adornando su
cajón.
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