Querido Quien Seas:
Hoy es el cumpleaños de ella... la mujer más importante de mi vida. Y es increíble cómo este suceso me deja sin palabras. Quiero amarla sobre la hoja, quiero que lea mis sentimientos, que conozca el contenido de mi alma, que sienta lo que siento. Y, sin embargo, no puedo. Me quedo muda, inmutable frente al blanco del papel. Me inhibo y me corrompo por el silencio... me quedo muda, muda de letras.
Siento el fondo de mi pecho golpeado por emociones que se estrujan y quieren salir, buscan salir por mi boca, por mis ojos, por mis manos, pero solo quedan ahí, golpeándose.
¿Será acaso que temo que una ebullición de letras no sea suficiente? ¿Que temo que quede algo adentro, contenido, comprimido, sin poder aflorar? ¿Qué la impotencia de mis frases no le aclare como quiero y piense que no la amo como la amo?
Será temor, quizás, pero sea lo que sea, yo solo siento la frustración y la impotencia de esta mudez que me encarcela y me aprisiona el pecho.
Correré el riesgo, entonces, de decirle que la amo. Así, a secas. La amo con mi alma llena. Que mi alma se hizo carne en mi cuerpo, a través de su cuerpo. Que esa vez fuimos una misma, una sola las dos. Que desde esa vez quedó impresa ella, en mí, para siempre. Que la llevo a donde voy. Que la extraño en donde estoy.
Correré también el riesgo de decirle que la admiro. Así, a secas. La admiro por su ansias y su anhelo de ser madre, cuando aun era una niña. La admiro por haberlo conseguido. Por haberse entregado por completo a su plan de vida. Por haber sacrificado otros planes y, aun así, no haber dudado, no haber renunciado, no haberse arrepentido. Por haberse endurecido lo suficiente y por haberse ablandado lo suficiente para afrontar la vida. Por haberse mantenido firme, y por haber cambiado... cada vez que cada cosa se hizo necesario.
Y ya que estamos también voy a decirle que le agradezco. Así, a secas. Le agradezco por haber creado algo más grande y más fuerte que ella misma, y por haberlo hecho andar. No solo de su cuerpo, sino de su alma y de su amor se formó, entera, una familia. Quizás algún día pueda yo mirar a mi alrededor y saber que de mí salieron personas completas al mundo, y entonces, quizás entonces tenga el privilegio de sentir su mismo orgullo. Le agradezco por haber sido madre, y también amiga. Por todo lo que puso primero en su lista. Por los hermanos que me dio. Por su casa siempre abierta. Por su mesa servida. Por su presencia invisible. Por su mirada que no juzga.
Perdón por lo poco que llego a expresar.
Feliz Cumple Ma!
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