viernes, 6 de noviembre de 2015

Corazón Avaro

imagen tomada de Google
Aquí les presento un texto motivado en una consigna de Literautas, según la cual debía elegir uno de los siete pecados capitales y escribir un relato que lo tenga como base. El pecado que elegí es la AVARICIA, y aquí tienen el texto que salió a partir de esa idea: 

La soledad que la envolvía la hacía ver más perfecta aun, inmaculada, inalcanzable. Era evidente la superficialidad que detentaba, el acopio de joyas y adornos no cumplía otra función que la de ocultar la insatisfacción de su alma anudada, condenada a enterrar sus sentimientos. Sin embargo su belleza era indiscutible y tenía la capacidad de atraer al más apático de los hombres, enamorarlo y succionarle toda su inocencia, quitándole para siempre la posibilidad de volver a creer en el amor, ya que después de ella cualquier corazón quedaba devastado.

Se dedicó a vivir la vida de ese modo, excluyendo las emociones, motivada por la carencia de amor que la había dañado desde el comienzo de su existencia, cuando sus padres sustituían tiempo y contención con regalos, juguetes y vestidos caros. Y se creyó poderosa. Se rió de cada hombre que dijo amarla, lo abandonó a su suerte con el corazón destrozado mientras seguía su camino en busca del siguiente candidato.

Su avaricia la llevaba a coleccionar cada vez más corazones, hasta que descubrió que esta nueva forma de materialismo que había inventado era tan inútil como la tradicional: no era capaz de calmar su hambre ni su sed  de amor. Justo cuando comenzó a sentir que la mezquindad de su espíritu la llevaba a vivir una vida sin sentido, decidió acabar con todo. Y lágrimas de cien hombres fueron diamantes adornando su cajón. 

©Mónica M. Kofler Escañuela

No hay comentarios.:

Publicar un comentario

Me encanta recibir visitas en el blog, significa que alguien leyó mis locuras. Quizás hasta te sentiste identificado con alguna. Y me encantaría recibir tus comentarios, estás invitado a escribir lo que sea que hayas experimentado en tu paso por mi casa.