jueves, 14 de abril de 2016

Rompecabezas

Imagen tomada de Google

Me volví a encontrar con el chico de chaqueta azul once años y una vida después de terminar la escuela. Él quiso mirarme a los ojos, yo bajé la mirada (tenía miedo que descubriera que estaba rota). Insistió, tomó mi rostro con sus manos y me miró. "Todos estamos un poco rotos" me dijo. Pude ver su ternura.

Aquélla vez amanecimos tomados de la mano en el parque, exhibiendo heridas y todos los motivos de nuestras lágrimas y sonrisas. Él se arrodilló y juntó mis pedazos: "Son tuyos" me dijo, "Los necesitas. Armá tu yo misma como quieras y tomate tu tiempo... Yo me quedo".  Fue la muestra de amor más grande que recibí.

Desde entonces caminamos juntos, dando cada uno la forma que puede a su yo mismo, cobijando cada uno entre los brazos los fragmentos de su vida y de sus búsquedas. Y no nos dejamos de sorprender de eso tan especial que se forma entre nosotros a partir de cada nueva combinación de piezas que surge cuando, alguna que otra vez, las circunstancias de nuevo nos rompen un poquito, y tenemos que armar el rompecabezas de nuevo.

1 comentario:

Me encanta recibir visitas en el blog, significa que alguien leyó mis locuras. Quizás hasta te sentiste identificado con alguna. Y me encantaría recibir tus comentarios, estás invitado a escribir lo que sea que hayas experimentado en tu paso por mi casa.