martes, 8 de noviembre de 2016

Instrucciones para escribir un diario

Para escribir un diario, siga las siguientes instrucciones:



1.- Elija cuidadosamente el elemento con el que se sienta cómodo: puede ser un verdadero diario íntimo, una agenda, un cuaderno, el reverso de una factura de servicios, una libreta de anotaciones o un trozo de papel cualquiera, o también puede hacerlo en una computadora o máquina de escribir.



  • Si se siente creativo, puede escribir en un pizarrón, en la pared o puede hacer grabaciones de voz. 
  • Si aparece una cierta urgencia de escribir en un diario y no tiene ninguno de esos elementos a mano, puede escribir en el aire, haciendo movimientos con sus manos y brazos, puede escribir en la arena, hacer notas mentales o, si siente temor de olvidarse, puede escribir en sus brazos, piernas o en cualquier otra porción de piel que resulte disponible. Las prendas claras también son una buena opción de soporte donde escribir, o las prendas oscuras cuando cuente con una tinta clara, como por ejemplo un corrector o una tiza blanca. 
  • Si nada de esto está a su disposición, seguramente podrá contar al menos con un pañuelo de papel, una servilleta o un pedazo de papel higiénico. 


2.- Arroje lo más lejos posible sus frenos inhibitorios. Para hacerlo puede usar diferentes técnicas, según prefiera. Lo mejor en cualquier caso es asegurarse de que nadie vaya a leer lo que usted escriba, entonces puede valerse de:



  •  un candado para cerrar el diario, 
  • escribir con tinta invisible, 
  • tachar las palabras en la medida en que las escribe (aunque esto le llevará mucho tiempo y probablemente lo desconcentre de lo que quiere decir), 
  • romper las hojas que haya escrito una vez terminado el texto (o eliminar el archivo. Recuerde también eliminarlo de la papelera de reciclaje), 
  • o quemar el papel. 
  • Si lo que escribió resulta demasiado secreto (lo sabrá una vez que lo haya terminado de escribir) puede incluso quemar la computadora. En este caso no será necesario quemar el monitor, el teclado ni el resto de los accesorios, a menos que se trate de una note o netbook... eso si tendrá que ser quemado en su totalidad. 
  • Si ya se decidió por un modo de resguardar o eliminar su texto y aun así no pudo liberarse totalmente de sus frenos inhibitorios, una copa de vino nunca está de más. 


3.- Escriba. No mire el papel (o la pantalla, o el aire o el papel higiénico o lo que haya elegido para escribir), no, solo escriba lo primero que le venga a la mente. Probablemente al principio no tenga sentido y existe la posibilidad de que al final tampoco lo tenga, pero eso no importa, usted escriba. Escriba todas las palabras que vengan a su mente, por ejemplo:



  • escriba lo que siente el dedo gordo de su pie mientras juega con la ojota, 
  • escriba cómo le duele la vista de tanto mirar el blanco de la hoja, 
  • escriba que cree que tiene piojos porque le pica la cabeza y 
  • escriba que no puede dormir de noche y es porque la extraña.                              

Cuando termine habrá un pedazo de usted derramado sobre el papel y un pequeño alivio en el nudo que tenía adentro (en el corazón, en el estómago, en la cabeza, en la garganta...), porque esas cosas que no decimos se van haciendo piedras, entonces es mejor convertirlas en papel. Digo, porque el papel envuelve a la piedra y, en todo caso, si no nos gusta lo que dice el papel, podemos traer una tijera y cortarlo.


4.- Cuando llegue a este punto, lea lo que escribió, sienta el placer de conocerse un poco más a sí mismo.


5.- Vuelva a leer el punto 2 para analizar si está de acuerdo con el sistema que eligió para asegurar o destruir su texto... ¿o ya no quiere hacerlo?

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